Rechazar y ser rechazado, dos caras de la misma moneda

Sentirse rechazado es tener la sensación y convicción profunda de que no se te acepta por lo que eres. Nada tiene que ver con el abandono, que es sentir que te dejan y se alejan de ti.

La sensación de rechazo tiene que ver con tu ser, con tu esencia, con una profunda convicción de que no perteneces a ese lugar; a esa familia; a ese grupo. Un desarraigo que te desgarra y que desconoces de dónde surge.

¿Y qué ocurre cuando esto le pasa a bebé a un niño de meses que no tiene capacidad emocional para asimilar algo tan doloroso? Pues que para evitar este dolor tan insoportable crea una máscara que tapa su verdadera personalidad y actúa de pantalla protectora, es decir una huida.

Para dejar de sentir que no pertenece, que no le aceptan, huye física y mentalmente de ese dolor.

¿Cómo se manifiesta esto en tu realidad de adulto?

Las personas que sufren la herida del rechazo se sienten infravaloradas, se anulan a sí mismas y tratan siempre de hacer las cosas perfectas para justificar que ellos se sienten imperfectos. Les cuesta pedir ayuda porque temen siempre que se les vuelva a rechazar.

Su cuerpo generalmente es delgado. Buscan la invisibilidad, desaparecer. Sus ojos son huidizos y suelen tener ojeras.

Tienen miedos injustificados, tienden a rechazar o huir del amor.

Suelen tener problemas de piel, están a menudo cansados; problemas digestivos y respiratorios.

Atraen a su vida constantemente situaciones en las que les rechazan; parejas que les repudian; familiares y amigos que no cuentan con ellos; trabajos u oportunidades que son para otros nunca para ti….que finalmente te arrinconan y hacen que te aísles y encierres en tus dominios, en tu soledad.

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¿Qué tiene que haber ocurrido en tu infancia para tener la Herida de Rechazo?

En realidad no siempre se trata de un acontecimiento especialmente traumático, claro que no (aunque otras muchas sí). Simplemente es cuestión de que cuando eras niño no supiste asimilar esos momentos de rechazo, que toda persona siente en algún momento de su vida.

Por ejemplo

Tus padres deseaban un bebé del sexo contrario al tuyo

Tus padres no deseaban en ese momento tener un bebé

Tus padres habían emigrado a otra tierra

En tu primer año de vida no tuviste satisfechas tus necesidades básicas de alimento, amor y seguridad

Tu madre se sentía rechazada por su propia familia

Miedos inconscientes de tu madre durante el embarazo

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Sin embargo si cuando te sentiste así, siendo profundamente doloroso, hubieras digerido ese dolor, aceptado esas circunstancias y seguido con tu vida, esa herida no se hubiera abierto. Esta es la causa fundamental de porqué unas personas tienen la herida de rechazo y otras no.

Tampoco pienses que eres el único. Desde ya te adelanto que todas las personas tienen heridas de este tipo y que todos, lidiamos en nuestro día a día con ellas.

Las personas y circunstancias que vienen a tu vida para abrirte esta herida no pretenden dañarte si no recordarte inconscientemente que es un asunto pendiente que debes solucionar. Tu maravillosa y verdadera personalidad está escondida tras esa máscara y seguir huyendo no te ayudará, simplemente agrandará la herida y hará que sigas atrayendo a tu vida personas que la abrirán nuevamente hasta que no la sanes desde la raíz.

La aceptación es la clave de la sanación

Aceptar que fuiste rechazado no significa que te guste ni que estés de acuerdo con lo que te ocurrió. Significa que la vida es un cúmulo de circunstancias, muchas de ellas dolorosas, y tenemos pasarlas y seguir adelante.

La aceptación es multidireccional. Aceptamos lo que nos ha pasado y a nosotros mismos. Es decir, aceptamos que nos han rechazado y a la vez también que nosotros hemos rechazado que nos lo hicieran y, por supuesto, que nosotros podemos rechazar a otros. Y lo más doloroso, que nos hemos rechazado a nosotros mismos. Esta es una poderosa herramienta.

Si tienes la herida de rechazo, no mires hacia otro lado, no vuelvas a ponerte la máscara de la huida y comienza a trabajar la aceptación profunda

Aquí tienes un vídeo con el que comenzar tu trabajo. Estoy completamente segura de que te vas a sentir mucho mejor al realizarlo, pero ten en cuenta que solo es una píldora y que tendrás que seguir con tu trabajo personal para conseguir cerrar la herida.

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