El valor de la esperanza y la fe

Bienvenidos a 2018. Reconozco, como me habéis comentado muchos de vosotros que 2017 ha sido un año extraño, lleno de retos, algunos resueltos y otros en proceso. Un año de preguntas que no todas tienen todavía respuesta y por eso he decidido dedicar mi primer artículo a una herramienta invaluable que muchas veces olvidamos o incluso minusvaloramos y me refiero a sobre como la fe y la esperanza pueden ayudarte a multiplicar tus resultados.

Todos nacemos con esos recursos, sí incluso cuando acabamos de llegar al mundo porque fe y esperanza son componentes básicos de nuestro instinto de supervivencia, lo que ocurre es que no los cultivamos lo suficiente y con el paso de los años y las sucesivas desilusiones del devenir de la vida lo vamos olvidando hasta dejar a ambas enterradas en lo más profundo de nuestro subconsciente.

Cuando somos niños vivimos la fe y la esperanza de una manera distinta que cuando somos adultos. El niño piensa o pide algo y simplemente sabe que va a ocurrir, y si no ocurre en ese momento, lo espera… pero cuando ya vamos creciendo comenzamos a ser conscientes de otros sentimientos como la frustración, las carencias, la interacción con los deseos de los demás y nuestra fe se va resquebrajando.

Además si ese niño crece en una ambiente espiritual o religioso, en un primer momento esa fe y esperanza funcionan como un pedido de supermercado, quiero esto, se lo pido a Dios, a los Santos o a mis ancestros y me lo concederán. Ambas visiones de la fe son opuestas pero complementarias. Es decir funciona así pero no exactamente así.

Sin embargo, cuando no hay esperanza, cuando lo ves todo negro, cuando crees que no puedes más, cuando ya no sabes que más hacer es cuando viene a tu rescate la fe. Pero ¿qué ocurre cuando te has olvidado de su existencia? entonces la vida se convierte más en una carga que en un gozo, que es lo que debería ser.

En muchas ocasiones se usan el término fe y esperanza como sinónimos, yo misma también, aunque existen matices en los que merece la pena detenerse.

La fe es confianza. Es tener la seguridad de que las circunstancias pueden ser más o menos hostiles pero al final lo conseguirás y te sentirás feliz con el resultado. Es creer sin ver y sin tener pruebas tangibles. En ocasiones está ligada a la creencia en un ser superior que te asiste.

La esperanza es un estado de ánimo en el cual se cree que aquello que uno desea o pretende es posible. Ya sea a partir de un sustento lógico o en base a la fe. Es una sensación profundamente optimista sobre el futuro.

La esperanza y la fe son como la luz al final del túnel que nos anima a seguir luchando, a no darnos por vencidos. Permiten que nos mantengamos a flote emocionalmente cuando las circunstancias que vivimos podrían hundirnos.

¿Por qué usar EFT para recuperar la esperanza?

El tapping no es una práctica espiritual en sí, es una herramienta. Hay muchos autores a los que admiro que han escrito sobre el tema, por citar solo a algunos y algunas de sus frases más significativas hablaré de Carol Tuttle quien afirma en sus artículos que para ella “EFT no es un sistema de sanación porque eso solo puede proceder de Dios. EFT es la herramienta que precede al cambio. Con el tapping lo que hacemos es facilitar, aclarar, abrir un camino a nuestra energía que permita que el poder sanador de Dios tenga efecto sobre nosotros”.

Pero no me malinterpretéis, fe y esperanza no siempre tienen relación con la religión o con una fuerza superior. La psicóloga Margarita Tarragona nos precisa la diferencia: “La esperanza tiene dimensiones tanto espirituales como psicológicas. Espiritualmente, la esperanza tiene que ver con la fe, con creer y tener confianza en algo, aunque no lo veamos. Desde el punto de vista de la Psicología, la esperanza se relaciona con las metas y el sentido de libertad personal. Se define como un conjunto de ideas y creencias que nos ayudan a encontrar caminos para alcanzar nuestras metas y nos dan confianza en que tenemos la capacidad para lograrlas”.

Ambas fórmulas de vivir la fe y la esperanza son válidas:No renuncies a ellas, son tuyas

 

La fe y la esperanza actúan como un estímulo y aportan fuerza y tranquilidad; por otro lado, cuando se pierden, aunque prefiero decir que se olvidan, la vida se vuelve una ardua batalla contra los obstáculos y te inunda un sentimiento de soledad difícilmente explicable.

¿Y qué se puede hacer para tener fe?

¿Cómo tener esperanza cuando nada de lo que esperas sucede?

Aquí tienes unos pasos básicos a seguir y por supuesto un videotapping que te tocará el corazón.

Pasos para recuperar la esperanza

Si sientes que te estancas en cada paso, recuerda usar el tapping simplemente con la frase que compone el paso.

  1. Decidir qué es lo que tú realmente quieres conseguir o sentir.
  2. Saber que es posible, más adelante creerás que es posible.
  3. Ser consciente del momento en que te encuentras, que obviamente no deseas porque sino no harías este ejercicio. (Para estos casos es la frase de aceptación que se incluye siempre en el tapping)
  4. Libérate de las emociones de tu pasado asociadas con la frustración o la desilusión. Aquellos eventos en los que pusiste todo tu empeño y no conseguiste lo que deseabas.
  5. Procede de la misma manera con los mensajes desesperanzadores de tu mente del tipo: “No lo vas a conseguir nunca”, “Es imposible para ti” “No te lo mereces”
  6. Dedica unos minutos cada día en recordar para qué quieres lo que quieres. La motivación actúa como un cohete a la hora de manifestar deseos.
  7. Flexibilidad es la clave, date permiso para que tanto el viaje como la meta te hagan feliz, incluso cuando no sean exactamente como los habías planeado.
  8. Utiliza todas las herramientas a tu alcance: planificación, visualización, meditación, oración, sesiones con alguien que te ayude…. Todo aquello que implique acciones en la dirección deseada.
  9. Y finalmente, entrégate al proceso.

Tener fe y esperanza, contrariamente a lo que muchos piensan, no significa quedarse quieto esperando a que las cosas se arreglen por si solas o a que lo haga un ser divino por ti. Significa acción con enfoque así que…
¿Qué esperas para hoy?
¿Y para dentro de una semana?
¿Qué esperas para este este año?
Y la mejor pregunta ¿Qué vas a hacer hoy para que eso ocurra?

Después de responderte a estas preguntas. Aquí tienes este vídeotapping para ayudarte a recuperar la esperanza

Espero que vuelvas y me lo cuentes. ¡Feliz 2018!

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