Este artículo y el vídeo que lo acompaña, que está teniendo bastantes visitas en Youtube, surge por una sensación personal, confirmada en consulta, de que hay palabras, situaciones, momentos, acontecimientos e incluso personas que son capaces (con o sin intención) de bajarte o subirte la energía. Parece que tienen la habilidad de cambiar tu humor, hacerte perder la confianza en ti mismo e incluso inducir pensamientos negativos. En definitiva es como si robasen tu magia.
Hoy no quiero escribir sobre “vampiros energéticos”, puedes consultar varios artículos al respecto aquí si el tema te interesa. Hoy quiero hablar de desmerecimiento, ya que creo que es el sentimiento que reside a veces bajo esa sensación de que otros pueden robar tu magia.
El desmerecimiento es algo complicado de explicar pero me lo encuentro en la consulta tan a menudo que he decidido dedicarle unas líneas que espero te sirvan para entender y gestionarlo si en algunos momentos te has sentido así.
Cuando uno se siente indigno, es decir que no merece, considera que no tiene méritos ni valores para conseguir lo que desea. La persona se siente indigna de lo que recibe o bien de lo que puede recibir.
Y si escarbamos, además tiene un sentimiento profundo de ser inferior respecto a las personas con las que se compara. Lo que hace que surja una creencia de que “no tiene derecho a…”.
El término en inglés (unworthy) tiene muchos más matices, pero mucho más duros, ya que también hace alusión a una persona que carece de honor, inapropiada, que no encaja, que no merece la atención de los demás.
Hay personas que son conscientes de esos sentimientos, pero en la mayoría de nosotros forman parte de nuestro lado oscuro.
Tal vez no sientas que eres indigno pero ¿crees que no sabes hacer nada especial? ¿sueles necesitar la aprobación o la supervisión de otros en el trabajo o en tu vida social? Pues ambos son señales de que interiormente te sientes indigno.
Dialogo interior negativo
Ese diálogo interior negativo suele tener su origen en la infancia. Generalmente en niños perfeccionistas que se sentían mal si se equivocaban. A falta de refuerzo positivo tras un error, consideraban “que era el final del mundo” o que su fallo era imperdonable.
En esos momentos, la mente aprendió a anticipar esos posibles errores para tratar de evitarlos, y así también las emociones que lo acompañan. Pero obviamente el final del mundo no llegaba, así que toda esa energía de anticipación se queda acumulada en el cuerpo y en cuanto existe una palabra, persona, situación desencadenante, sientes ese bajón energético, como si alguien robase tu magia.
Y ahora te lo pongo en negrita para que lo grabes:
No eres tú, son tus pensamientos lo que crean el malestar.
Tú no eres tus pensamientos, eres su creador y puedes cambiarlos.
Te aseguro que:
- Hacerte pequeña, hacerte menos inteligente, brillar menos, no funciona para que te quieran.
- Te mereces todo lo que deseas para ti. Tú y todos nos lo merecemos.
- No hay nada malo en ti y no solo eres muy importante sino que tienes un papel de protagonista en tu propia vida.
- No está en tus manos que otros se comporten como tú quieras, pero sí puedes evitar que otros te roben tu magia. No permitas que nadie te diga cómo vivir tu vida o que otros creen emociones por ti.
- Una persona con magia transmite energía positiva y no por su aspecto sino por su forma de estar. Esa cualidad está en ti y en todos nosotros, es como una luz interna, solo déjala brillar.
- La clave para brillar con tu propia luz es relativizar todo lo que nos ocurre. Aceptar que algo no nos gusta está bien pero también tenemos que aceptar todo lo que sentimos al respecto.
Cuando no veas progreso en lo que estás poniendo tu empeño y surja ese sentimiento de desmerecimiento, recuerda solo es un pensamiento y no es real.
¿Es que no te estas esforzando? ¿Es que no estás haciendo lo mejor que sabes? Pues siéntete orgulloso de eso.
Además, lo que haces no es lo que eres. Tú eres un todo. Tu niño interior está hambriento de elogios y de abrazos que no cuestan nada pero valen mucho para él o ella. ¿Se los merece? Pues dáselos.
Estaré encantada de leer tus comentarios sobre este artículo y vídeo.
Gracias, me ha ayudado a ponerle palabras a un enfado, un dolor, que no se va, que ahí sigue, pero que voy a poder trabajar mejor.
Bravo María, ponerle palabras, que no etiquetas a algo que se siente es el principio para soltarlo y dejarlo marchar. Buen trabajo. Gracias por comentar.