Llega la Semana Santa, es tiempo de vacaciones, de recogimiento espiritual para aquellas personas practicantes, de visitar a la familia… y de los dulces típicos caseros de las fechas ¡LAS TORRIJAS!
Los más afortunados dispondrán de una larga semana de vacaciones en los que además de descansar y divertirnos, seguro que comemos más de la cuenta.
En Estados Unidos hay estadísticas que demuestran que tan solo en Halloween o Día de Acción de Gracias pueden llegarse a coger hasta 2,5 kilos por la gran cantidad de dulces, picoteos y especialidades culinarias familiares que podemos engullir en pocos días. A veces en fechas especiales comemos como si fuera el fin del mundo.
Lo que nos ocurre, en parte, es que comemos antes con la mente que con la boca. Es decir que antes de empezar a comer ya hemos decidido que lo íbamos a hacer, sin conectarnos con nuestro cuerpo para saber si quiero o no comerlo o si le apetece una ración o tres…. y sobre todo sin asumir las consecuencias de nuestros actos.
Torrijas, dulce realizado con pan remojado en leche, frito y rociado con miel o azúcar. Una bomba calórica típica de los hogares españoles con el que agasajan mamás y abuelas en Semana Santa.
Esta Semana Santa, hagamos que sea diferente. Tengo dos propuestas para ti.
Primero: Preguntar a tu cuerpo antes de comer algo
¿Cuerpo, lo necesitas?
¿Cuerpo, lo quieres?
¿Estoy dispuesto a asumir las consecuencias de comérmelo?
Actúa en consecuencia
Segundo: Realizar estas dos rondas de tapping todas las mañanas
Ronda número 1:
Aunque mi niño interior no quiere dejar de comer todas estas delicias, me acepto completa y profundamente
Aunque una parte de mi siente que se merece todos los ricos alimentos que me puedan ofrecer, y no quiero decir que no, aún así, me acepto
Aunque de ninguna manera me voy a privar de comer estas cosas tan buenas porque me merezco una tregua después de tanto trabajo, me acepto y me amo tal y como soy
Aunque una parte de mí no quiere controlarse porque no siempre me permito comer cosas tan ricas, comprendo lo que me está ocurriendo
- No quiero controlar las cantidades
- Quiero comer lo que me apetezca
- En las fiestas siempre como sin control
- Nunca tengo bastante
- Quiero comérmelo todo
- Me dejo llevar por un impulso
- Luego lo lamento y me paso el día castigándome por lo que he comido
- Me molesta si me dicen que voy a engordar comiendo así
- Solo yo puedo pararme y no sé como hacerlo
Repite estas rondas tantas veces como sea necesario, añadiendo las variaciones y aspectos que te vayan surgiendo, hasta que notes que ya no hay tensión emocional en ti cuando pienses en la comida y en las vacaciones.
Ronda número 2:
Aunque HASTA AHORA, unas vacaciones me suponían engordar más de dos kilos, eso era en el pasado
- ¿Y si yo pudiera comer de otra manera?
- ¿Y si esta vez fuese diferente y me conectase con mi cuerpo?
- Me doy permiso para comer lo que mi cuerpo quiera comer, sin maltratarle
- Elijo probarlo todo pero comer menos
- Me perdono por ponerme hasta las botas en el pasado
- Me perdono por descontrolar con la comida de esta manera, de verdad que no es mi intención
- Me siento bien con mi nueva forma de comer en las fiestas
- Me gusta comer estando conectada con mi cuerpo
- Me gusta sentir que puedo comer sin privarme, sin descontrolar y SIN ENGORDAR
Observa si tu forma de ver tu actitud en esa fiesta ha cambiado, si no es así, repite las rondas.
¡Felices vacaciones! y vuelve a contarme si te ha servido
¿Deseas usar o citar el artículo? Si deseas compartir con tus lectores el artículo o usar partes del mismo, aunque sean pequeñas, deberán estar entrecomilladas, citando siempre el nombre de Patricia Rómer como autora, junto a un link directo a www.patriciaromer.com |